Una de nuestras grandes aventuras de principio de siglo, transcurrió en Whistler, la prestigiosa y galardonada estación de esquí, nos recibió con unas muy buenas condiciones de nieve. Nos alojamos en las cabins de Blackcomb. Por aquel entonces no exsitía el magnifico teleférico que une las dos montañas, con lo que lo más recomendable era escoger en que montaña te ibas a mover en ese dia, ciertamente nos gustó mucho más Blackcomb y su seven heaven.
El apreski ya era magnifico por aquel entonces, restaurants, bares y música country todas las tardes. Un destino muy recomendable.